Valoración y Juicio Clínico

Es la parte más importante de la primera sesión de terapia. Sin una correcta valoración inicial, se corre el riesgo de realizar una terapia no indicada, que en el mejor de los casos no serviría para nada, y en el peor de los casos incluso podría ser contraproducente.
Se crea una historia clínica a través de los datos recogidos en la anamnesis (interrogatorio al paciente) y las distintas pruebas clínicas que sean necesarias, con el fin de recoger todos los datos que puedan ayudarnos a entender qué está ocurriendo, y en qué dirección tenemos que buscar la solución. Para recabar estos datos, cuento con ayudas tecnológicas como:
Ecógrafo
La ecografía musculoesquelética es una herramienta muy valiosa en fisioterapia. Nos permite valorar tejido blando (tendones, músculos, bursa, ligamentos, etc) y también la cortical ósea. Es inócua (se puede realizar siempre que se quiera, no produce radiación), y es especialmente interesante por su inmediatez. Para un fisioterapeuta es de mucha utilidad poder ver por dentro el tejido que luego va a tratar.
Además, permite inspecciones dinámicas y sirve de ayuda para otras técnicas que necesitan de mucha precisión como por ejemplo la punción ecoguiada (inserción de agujas guiándonos con el ecógrafo), o localizar calcificaciones para tratarlas con ondas de choque.
Electromiografía de superficie
Es una prueba objetiva que se realiza con el electromiógrafo de superficie mDurance. La uso en consulta cuando necesito saber más acerca de la calidad y cantidad de contracción de músculos en concreto. Sirve por ejemplo para detectar alteraciones en el tono basal o de los ratios de sinergia muscular, medir la fatiga muscular, seleccionar qué ejercicios están más indicados para cada paciente…